Según el estudio publicado en la revista Biological Psychiatry, las personas fumadoras sufren un adelgazamiento de la corteza orbitofrontal. Cuanto más cigarros fuma al día una persona y más tiempo lleva siendo fumadora, más fina es la corteza cerebral y ha sido relacionado con el envejecimiento y la reducción de la inteligencia.
Según Simone Kühn, dado que la corteza orbitofrontal ha sido relacionada con el control de impulsos, la recompensa, y la toma de decisiones, su adelgazamiento puede aumentar el riesgo de adicciones, fumar tendría un efecto acumulativo sobre el cerebro que hace que para los fumadores crónicos resulte cada vez más difícil abandonar el hábito.
Fuente: Muy Interesante
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